lunes, 14 de junio de 2010

antecedentes internos y externos de la revolución francesa

fue producto de muchos factores internos y externos los cuales tuvieron mucha importancia a la hora de la manifestación en general, es importante mencionar también que estos hechos fueron provocados por el desequilibrio de la nación económica, social y culturalmente ya que no todos estaban en
Condiciones de igualdad.La actividad revolucionaria comenzó a gestarse cuando en el reinado de Luís XVI (1774-1792) se produjo una crisis en las finanzas reales, que en aquel entonces se equiparaban a las finanzas del Estado, debido al crecimiento de la deuda pública.Si bien Francia era un país con una economía en expansión, tenía una estructura social conflictiva y un estado monárquico en crisis. De hecho, puede hablarse de una crisis del Antiguo Régimen en toda Europa Occidental, pero la forma en que esta crisis se dio en el Estado francés, siendo su causa principal la crisis del campo y los levantamientos campesinos, además de la existencia de una burguesía que había adquirido conciencia de su papel, explican que pudiera darse en Francia una revolución con consecuencias mucho mayores a las que tuvieron otros levantamientos de corte liberal de la época.Existía una oposición generalizada contra reglas económicas y sociales que favorecían a grupos privilegiados. El Estado francés padecía una grave crisis financiera (gastaba mucho más de lo que ingresaba), en parte debido al apoyo económico enviado por el gobierno a las 13 colonias inglesas en la guerra de independencia.Jacques Necker, ministro de finanzas en Francia durante el reinado de Luís XVIDurante el reinado de Luís XV y Luís XVI, diferentes ministros, incluyendo Turgot y Necker, trataron sin éxito de reformar el sistema impositivo y convertirlo en un sistema más justo y uniforme. Tales iniciativas encontraron fuerte oposición en la nobleza, que se consideraba a sí misma garante en la lucha contra el despotismo. Tras la renuncia de estos ministros, se nombró en 1783 a Charles de Calonne a cargo de las Finanzas.Calonne indicó, tras un estudio detallado de la situación financiera, que ésta no era sostenible y que se precisaba llevar a cabo reformas importantes. En particular, prescribía un código tributario uniforme en lo concerniente a la tenencia de tierras. Aseguraba que así se permitiría un saneamiento de las finanzas. Sin embargo, aunque Calonne convenció al rey de la necesidad de la reforma propuesta, la Asamblea de los Notables rehusó aceptar estas medidas, insistiendo en que únicamente podía aprobar dicha reforma un órgano representativo —preferentemente, los Estados Generales («états généraux»). El rey, viendo que Calonne se había convertido en un estorbo, lo despidió y reemplazó por Étienne de Loménie de Brienne, el arzobispo de Toulouse, quien había sido líder de la oposición en la Asamblea.Brienne intentó llevar a cabo las reformas propuestas por Calonne, pero éstas encontraron nuevamente una fuerte oposición, sobre todo por parte del Parlamento de París. Brienne trató de proseguir con la reforma tributaria a pesar de los parlamentos, pero esto ocasionó una masiva resistencia de los grupos pudientes que desembocó en el retiro de los préstamos a corto plazo. Tales préstamos daban oxígeno y vida a la economía del estado francés en aquel momento, por lo que esto indujo, prácticamente, una situación de bancarrota nacional.Derrotado, Brienne renunció en agosto de 1788 y Necker volvió a tomar las riendas de las finanzas francesas. Fue también por aquellos días que se convocó (para mayo de 1789) a los Estados Generales, por primera vez desde 1614.

El desarrollo de la revolución francesa y sus etapas

Monarquía (1789-1792): predominio de la asamblea nacional constituyente
Republica (1792-1795): gobierno de la convención
Republica (1795-1799): gobierno del directorio
Consultado (1799-1804): gobierno de napoleón Bonaparte
Imperio (1804-1815): gobierno de napoleón Bonaparte

Influencia de la revolución francesa en chile




La Revolución Industrial que se estaba llevando a cabo en Europa tuvo importantes consecuencias para nuestro país. Como se ha visto, el viejo continente experimentó un fuerte crecimiento poblacional que llevó a requerir más alimentos, surgiendo así la necesidad de importar un gran porcentaje de ellos. También se requirieron materias primas para sus procesos industriales e importar salitre para utilizarlo como fertilizante agrícola. A todas estas necesidades respondió Chile, que de este modo estimuló fuertemente su economía, gracias a la presencia de mercados consumidores. La posibilidad de exportar alimento impulsó a que se ocuparan nuevas regiones, como La Araucanía, para producir trigo; se construyeron canales de regadío; se importaron máquinas a vapor y herramientas nuevas; se favoreció la construcción del ferrocarril para transportar los productos. De este modo, la actividad agrícola se modernizó en forma importante para responder a los requerimientos.
La necesidad de materias primas condujo a que la producción minera nacional aumentara notablemente. El cobre se transformó en uno de los rubros más importantes de la exportación. Chile se convirtió en el primer productor mundial de cobre y los impuestos pagados por este metal aportaron a veces la mitad del presupuesto total del país

Época napoleónica

Es la desembocadura de la revolución en un poder personal mucho más férreo y absoluto que antes, en manos de un militar que se proclama cónsul y luego emperador dinástico hereditario. Ya en la época se planteó que eso liquidaba la revolución. Pero fue Napoleón el que organizó el Estado con las ideas de la revolución y el que la extendió por Europa, aunque por la fuerza sangrienta de las armas, antes de llevarla a la derrota en Waterloo. La revolución se extendió por el mundo, pese a su derrota, como siempre, y lo que ha quedado de ella es lo que Napoleón elaboró con las ideas de la revolución.
Napoleón Bonaparte fue un militar y gobernante francés, general republicano durante la Revolución y el Directorio, Emperador de los franceses, fue uno de los militares más brillantes de todos los tiempos y un estadista cuya influencia marcó cambios profundos en Europa.

Legado de la revolución francesa



Desde 1789 a 1815 una gran parte de Europa había entrado en contacto con los ideales de la Revolución, el Imperio se había encargado de expandir sus conquistas revolucionarias a casi toda Europa. La abolición de los derechos feudales, la proclamación de los Derechos del Hombre, la instauración del régimen constitucional, la difusión del Código Civil y del Concordato, fueron las semillas de lo que había de ser enseguida el liberalismo del siglo XIX. Además, al difundir por todas partes el principio de la soberanía nacional y el derecho de los pueblos a disponer de ellos mismos, la Francia Revolucionaria hizo tomar conciencia a los pueblos del principio de las nacionalidades.

Así, pueblos que tenían la misma nacionalidad y se hallaban divididos entre distintas soberanías querían unirse para formar un solo Estado, mientras que otros pueblos que pertenecían a distintas nacionalidades, sometidos a un único Estado, deseaban, en cambio, separarse.

Por estas razones cuando llegó el momento de la Restauración Monárquica en 1815, las semillas nacionales y liberales ya se habían sembrado por toda Europa, e incluso atravesaron el Atlántico, llegando hasta nuestro continente

Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano

Es uno de los documentos fundamentales de la Revolución francesa en cuanto a definir los derechos personales y colectivos como universales. Influenciada por la doctrina de los derechos naturales, los derechos del Hombre se entienden como universales, válidos en todo momento y ocasión al pertenecer a la naturaleza humana.
La Declaración de los derechos del hombre y el del ciudadano de 1789, inspirada en la declaración de independencia estadounidense de 1776 y en el espíritu filosófico del siglo XVIII, marca el fin del Antiguo Régimen y el principio de una nueva era.